“Compadre ¿con cuál canción vamos a empezar?”.  

Fue la pregunta que vía whatsapp le hizo Sergio Luis Rodríguez a Peter Manjarrés media hora antes de subir a la tarima de la discoteca Trucupey en Barranquilla el sábado por la noche. El cantante venía de Sabanalarga, en donde tocó con otro acordeonero mientras Sergio Luis lo esperaba para ofrecer el concierto de despedida de una de las uniones musicales más sólidas del vallenato.

La llave que lucía ‘Imbatible’ terminó por determinación de Sergio Luis, “aquí no ha pasado nada como en otras separaciones, que no hubo pelea, que no se pueden ver”, dijo Peter.

Con el más reciente, el de Solo Clásicos volumen 2, Peter y Sergio Luis completaron ocho trabajos discográficos. El virtuoso acordeonero se unió al cantante cuando era un niño.

“Yo llamé a Sergio cuando él tenía 17 años, pero ya en Valledupar, desde los 11 años, él me tocaba el acordeón. Es Peterista y sigue siendo Peterista. Yo lo fui cultivando, como cuando uno va puliendo un diamante y me llevo ese orgullo, que lo hice todo un profesional”.

El sentimiento del ‘Caballero’ es de paternidad. Por eso, después de la primera canción que interpretaron el sábado, ‘Te empeliculaste’, Peter le dio un beso en la frente a Sergio y dijo, “uno a los hijos los besa en la frente, yo por eso lo beso. Aunque por ahí están en la moda son los besos en la boca”.

Aunque se separaron, sigue siendo ‘El papá de los amores’ entre cantante y acordeonero. “Yo le he dicho que nunca tenga orgullo conmigo, que el día que me necesite, no solo como compañero musical, sino como amigo, aquí voy a estar”, señaló Manjarrés.

Peter guarda la esperanza, a fin de cuentas el buen hijo siempre vuelve a casa.

“El mundo musical da muchas vueltas, yo diría que esta no fue la última presentación”.